martes, 4 de octubre de 2011

OM: Sonido Primordial


OM: letra sánscrita representada por el símbolo que encabeza este texto.
La curva inferior larga representa el estado de sueño, la curva superior es el estado de despertar, y la curva que parte del centro simboliza el dormir profundo y sin sueños. La medialuna creciente es la representación de Maya (en el hinduismo Maya representa la ilusión, una imagen ilusoria, lo irreal, esta palabra proviene del sánscrito “ma-aia” que significa “no-es”). El punto por dentro de esta medialuna, es el estado trascendental. Es por eso que decimos que este símbolo representa el estado en donde el espíritu individual que hay en el hombre atraviesa el velo de la ilusión, descansa en lo trascendental y queda liberado.
El Om es la unión de tres sonidos: a, u y m, se escribe con tres letras, en sánscrito: a, u, y m; y se pronuncia Om; au es la forma en que se escribe el sonido “o” en sánscrito. El Om tiene una secuela, un sonido m que va desvaneciéndose hasta que finalmente se termina en silencio, un silencio que se debe sentir y experimentar.
Las tres letras A, U y M, también simbólicamente, representan la creación, preservación y destrucción. Asimismo, representan los estados denso, sutil y causal respectivamente. Después de pronunciar la palabra Om viene un sonido prolongado, indiferenciado, m-m-m.
El Om es el origen de la creación; es la fuente, el sostén y la fuerza. Es el aliento vital en cada Ser, el Om está en la raíz de todos los sonidos en todos los mundos, representa la vibración primordial de todo el Universo; vibrar con el sonido OM es vibrar con el universo. Cuando se originaron los elementos y se inició la creación, se produjo el sonido Om. Ese sonido es el primigenio y fundamental.
Es el mantra o sonido más poderoso de todos los mantras. Por medio de la meditación en "Om" se alcanza el estado de liberación o "moksha". Se utiliza como un poderoso sonido abstracto (sin objeto de representación) en la meditación. Por medio de la repetición mental de la sílaba "Om" la mente se va volviendo cada vez más firme y estable, sus olas se calman y se deja traslucir el fondo del océano de paz y felicidad infinita. Sus vibraciones brindan un flujo positivo de vibraciones que se sienten en todo el cuerpo.
Por medio de la repetición de este poderoso mantra, las corrientes vitales dejan de funcionar de forma dual, se disuelve la ilusión de separatividad e individualidad, nos hacemos UNO con el universo.
Los sonidos pueden cambiar la estructura química de las células del cerebro.
Pronunciar el OM en grupos tiene regularmente un efecto mejor sobre la paz del mundo en los planos sutiles que las demostraciones por la paz.
Si las crisis planetarias se pueden neutralizar con la ayuda del OM, es entendible que las crisis individuales también puedan sobrellevarse con este sonido. Se puede pronunciar el OM para purificar una casa, un establecimiento o una ciudad, o antes de realizar determinadas actividades, como una meditación por ejemplo. Puede ser entonado en hospitales y centros curativos para proponer la mejoría e incluso la curación del enfermo. El OM se puede pronunciar en todo momento, preferiblemente en las horas del amanecer y del crepúsculo. Debemos invocarlo en el centro del corazón o en el centro de la frente y pronunciarlo de una forma lenta, suave, profunda y de manera uniforme. Produce una resonancia en el cuerpo en su totalidad, que debemos observar. Cuando la vibración se silencia, cantamos el OM de nuevo.
Cuando cantamos el OM, no debemos concentrarnos solamente en cantar, sino hacer una pausa para escuchar el sonido. La emisión es el estado preliminar, después de cada entonación debemos oír a AQUELLO que existe como OM, el OM silencioso. Cuando se hace colectivamente, el efecto es incluso mayor.
Ésta es la voz del silencio, el sonido sin sonido que se oye en el centro cardíaco. La música de la pulsación del golpe del corazón es la resonancia de este sonido no pronunciado. El OM no puede ser comprendido por la mente ni puede ser enseñado. Puede ser observado solamente por medio de la contemplación sobre Él. 

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