La Invocación es un canto dedicado a Patanjali, quien organizó las obras de gramática y medicina y luego se concentró en el cultivo de la mente a través del yoga, escribiendo losYoga Sutras.
La Invocación es en sánscrito:
Yogena cittasya padena vacam
malam sarirasya ca vaidyakena
yopakarottam pravaram muninam
Patanjalim pranajaliranato'smi
abahu purusakaram
sankha cakrasi dharinam
sahasra sirasam svetam
pranamami Patanjalim.
Hari Om
Traducción:
Ante el más noble de los sabios, Patanjali,
que nos dio el yoga para la serenidad de la mente,
la gramática para la pureza del habla,
y la medicina para la salud del cuerpo,
me postro.
Me postro ante Patanjali,
cuyo cuerpo superior tiene forma humana,
cuyos brazos sostienen una concha y un disco,
que está coronado por una cobra de mil cabezas,
oh, encarnación de Adisesa (señor de las serpientes), mis saludos a Tí.
Si bien cada uno opta por decirla o no en sus clases, es importante saber qué significa y cuál es su intencionalidad. Claramente es para agradecer a quien nos legó el yoga, según la historia y mitología de la India.
Más allá de las creencias particulares de cada uno, y del alcance del yoga en la vida personal, siempre recordemos que las posturas buscan ser más que solo ejercicios físicos. Son una búsqueda de unidad alma-cuerpo-mente-espíritu en el acto de concentrarnos en lo que estamos haciendo. Como uno de los primeros pasos, buscamos a través de la práctica de las Asanas la concentración en la acción de cada una de ellas. Con el tiempo, y la continuidad fundamentalmente, cada postura deviene en un estado de meditación, cada postura como una meditación en sí misma.
Entendemos meditar como trascender el hecho de concentrarse en algo específico, y buscar un estado de concentración en ningún punto, y así en todos a la vez. Y finalmente, la Iluminación o Samadhi.
Entonces, por eso es que cantar la invocación se enmarca en la práctica del yoga como un camino de autoconocimiento y unidad.
Este camino tiene valor en sí mismo, y no ya en el hecho de alcanzar algo, llegar a ningún lugar; estar en la búsqueda, en el proceso mismo, siempre con nosotros mismos como punto de comparación, es lo que nos enseña y sostiene. En el mismo sentido suelo hablar de las posturas. Lo importante no es llegar a hacer la figura, la acrobacia, sino comprender y sostener la acción específica de cada una de ellas.